Siempre que vemos en los medios de comunicación la vida de los deportistas profesionales nos da algo de envidia de todos los lujos que tienen a su alcance: coches de cientos de miles de euros, casas espectaculares, lo último en moda,.... pero también deben saber que todo eso algún día puede que termine. Pues bien, yo soy de la opinión de que un deportista de élite, sobre todo en aquellos deportes donde las cifras que cobran son astronómicas, debe "aceptar" que eso terminará algún día. Pues este artículo habla sobre Keith Closs, pívot de 2,20 m. y apenas 95 kg. que jugó en la NBA al final de la década de los 90, y que afortunadamente ha sabido sobreponerse a su adicción al alcohol y otras drogas.
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Como anécdota y relacionado con el tema, hace ya años me llamó la atención cuando conocí en persona a Gonzalo Colsa, jugador del Racing de Santander de futbol, que ha militado en las filas del Atlético de Madrid, que me decía que él se consideraba un afortunado por vivir haciendo lo que más le gusta, y que sabía que cuando terminase esa etapa tendría que seguir una vida normal, como el resto de la gente.
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Como anécdota y relacionado con el tema, hace ya años me llamó la atención cuando conocí en persona a Gonzalo Colsa, jugador del Racing de Santander de futbol, que ha militado en las filas del Atlético de Madrid, que me decía que él se consideraba un afortunado por vivir haciendo lo que más le gusta, y que sabía que cuando terminase esa etapa tendría que seguir una vida normal, como el resto de la gente.
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